El San Miguel Arcángel de José Padilla, 1776

En una colección privada caraqueña se conserva este óleo sobre tela de grandes dimensiones (123 x 94 cm con marco) que representa a San Miguel Arcángel. El cuadro está firmado al dorso "Joseh Padilla me fecit anni 1776", expresión clásica que nos revela al autor de la obra y la fecha de elaboración. Además, menciona que el cuadro fue pintado "A devoción de Juaquin Mariano Miguel Jph. de Rueda." La devoción a uno de los pocos arcángeles identificados con nombre y misión en los textos bíblicos estaba bastante difundida en el continente americano. Se le apreciaba como protector contra el mal y conductor de las almas tras la muerte, pero también como el defensor de la Iglesia católica.

José Padilla, San Miguel Arcángel, 1776.


Sin embargo, al revisar los textos sobre historia de la pintura colonial en Venezuela no encontramos a un artista con ese nombre. En el Diccionario biográfico documental publicado por Carlos Federico Duarte en el año 2000, se recopila un artista de nombre Ignacio de la Candelaria Padilla, quien el 27 de julio de 1773 habría realizado algunas labores artesanales para la iglesia de Macarao. Pero no se conocen sus obras, por lo que no podemos establecer alguna comparación de estilo. 

Dorso de la pintura

El historiador colombiano, Gabriel Giraldo Jaramillo, registra un pintor de nombre José Padilla, activo en la iglesia de Nuestra Señora de las Nieves en Bogotá en 1800. Este artista pinta un Pío VI y un retrato de Don Baltasar Jaime Martínez Compañon, arzobispo de Santa Fe entre 1791 y 1797. Estos retratos tienen cartelas con las biografías de los retratados, cuya caligrafía es muy semejante a la hallada al dorso del cuadro estudiado. Por lo que podría tratarse del mismo artista. Además, la pieza fue pintada en 1776 lo que se aproxima a los años de actividad de este pintor santafereño. 

La iconografía representada se apega a la tradición simbólica, que nos representa a San Miguel como un guerrero, conductor de las milicias angélicas y vencedor del demonio, al cual someterá al final de los tiempos (Apocalipsis 12, 7-9). Es frecuente su imagen vistiendo ropa semejante a un soldado romano: casco metálico con cresta de plumas, coraza azul, túnica corta, manto escarlata y sandalias. 

En este lienzo, el arcángel está sobre un paisaje brumoso, conformado por una línea de horizonte bastante baja y un cielo repleto de nubes. Su figura ocupa totalmente la composición, por lo que luce monumental, blandiendo su espada contra una figura demoniaca más pequeña, que se retuerce a sus pies. El diablo, de piel oscura, tiene alas de murciélago, cuernos en la frente y cola. La leyenda que se lee en su escudo: "Qien como Dios", pese a su error ortográfico, nos alude directamente a la soberbia de Lucifer, cuando quiso compararse con la divinidad.

El cuadro muestra un dibujo preciso, con una paleta de colores luminosa y clara, muy acorde a las nuevas tendencias estilísticas que comenzaban a irradiarse por el continente americano a finales del siglo XVIII. Sin embargo, el artista se inspira posiblemente en una estampa barroca, por lo que apreciamos cómo el manto se expande formando un medio círculo tras la figura del arcángel. La pieza evidencia algunos repintes que intentaron cubrir daños en la parte inferior del lienzo.


Bibliografía consultada:

Agradezco al profesor Juan Pablo Cruz por las fotografías de las piezas de José Padilla conservadas en la Iglesia de las Nieves en Bogotá.

Carlos F. Duarte, Diccionario biográfico documental. Pintores, escultores y doradores en Venezuela. Período hispánico y comienzos del período republicano. Caracas, Fundación Polar, Fundación Galería de Arte Nacional, 2000, p. 216

Gabriel Giraldo Jaramillo, La miniatura, la pintura y el grabado en Colombia. Bogotá, Ministerio de Cultura, 2017, p. 285.

Louis Réau, Iconografía del arte cristiano. Iconografía de la Biblia. Antiguo Testamento. Barcelona, Ediciones del Serbal, 1996, tomo 1, vol. 1.





Comentarios

Entradas más populares de este blog

Algunos pintores coloniales venezolanos

La pintura colonial en Venezuela (1)

La pintura colonial en Venezuela (última parte)