Algunos pintores coloniales venezolanos
José Lorenzo de Alvarado:
Pintor andino, posiblemente radicado en Mérida, del cual se conocen dos obras de temática religiosa firmadas, un lienzo que representa a San Lorenzo y otro a San Juan Nepomuceno. Gracias a estos datos se ha podido establecer su producción artística alrededor de 1788 hasta 1805. Su particular forma de dibujar los personajes que muestran gran dulzura y el uso de colores muy claros, marcaron la creación artística en la región andina, hasta el punto que se le han atribuido algunos seguidores o discípulos.
Francisco José De Lerma y Villegas:
De este artista se conocen pocos datos biográficos, sabemos que pertenecía a la clase de los pardos libres y que desarrolló su producción pictórica entre 1719 y 1753. Afortunadamente firmó una de sus obras, la que contribuyó a identificar varias pinturas anónimas asociándolas con su particular estilo. La obra de Lerma es el resultado de la inspiración que constituían los grabados y estampas, por ello pueden evidenciarse una gran cantidad de rasgos estilísticos de diferente procedencia. Muestra un gran conocimiento en el manejo de luces y sombras, un esmerado dibujo, y un gusto por el colorido que aplicaba con armonía. Entre sus obras se encuentran el Martirio de Santa Bárbara y una Sagrada Familia, creaciones de gran belleza y muy cuidadoso apego a los modelos europeos.
José de Zurita:
El trabajo pictórico de este artista se identifica desde 1695 hasta su fallecimiento en 1753. En numerosos documentos se menciona a este pardo libre como Maestro Pintor y Escultor. De Zurita sólo se conocen pocas obras como La Coronación de la Virgen y La Ascensión que se encuentran en la Catedral de Caracas. Su estilo se caracteriza por su calidad esfumada, la imprecisión de los rasgos que restan una definición clara. Las tonalidades son fuertes y el colorido es bastante pobre.
Escuela De Los Landaeta:
Bajo la denominación de Escuela de los Landaeta se ha agrupado una serie de obras firmadas por diversos artistas con el mismo apellido, que formaban parte de una extensa familia de pardos libres dedicada al trabajo artístico en la ciudad de Caracas. La familia Landaeta brindó numerosos artistas en diferentes labores, plateros, pintores, doradores y músicos. Entre ellos se conocen los nombres Juan José Landaeta (activo entre 1763-1810) y Antonio José Landaeta (activo entre 1748 y 1799). A todo lo largo de la trayectoria de los Landaeta se ha notado una unidad continua de coloración dominada por los ocres rosas que sirven de fondo en la generalidad de los temas. La manera de reproducir los destellos de las aureolas a base de diferentes líneas de luz de variadas intensidades y separadas entre sí por espacios casi transparentes. Las formas características de dibujar las coronas y que estás casi siempre aparecen adornadas con gruesas perlas. Otro rasgo que contribuye a identificar las obras de los Landaeta es la colocación de las doce estrellas que circundan las aureolas en especial en las imágenes de la Inmaculada Concepción. Otra obra que se le atribuye es la imagen de la Virgen del Rosario exhibida en la Casa Natal del Libertador.
Juan Pedro López:
Nació en Caracas el 23 de junio de 1724. Sus padres José Antonio López González y su madre María Gutiérrez Domínguez eran de origen canario. Es de creerse que Juan Pedro aprendió su oficio en algún taller de los que funcionaban en la Caracas de entonces, para luego independizarse formando su propio negocio y posiblemente enseñado a otros sus conocimientos. Juan Pedro López no fue sólo pintor, también se dedicó a la escultura, al dorado de retablos y muebles, a la restauración y avaluo de imágenes, por ello durante casi cuarenta años (1724-1787) su nombre figuró como Maestro de Pintor, Tallador, Escultor, Dorador y Tasador. Falleció el 14 de agosto de 1787. Su estilo pictórico estuvo enfocado dentro de ciertos rasgos de los artistas españoles Bartolomé Esteban Murillo (1617-1682), José Antolinez (1635-1675) y Mateo Cerezo, y a veces enmarcado dentro de una imaginería mexicana de la escuela de Miguel Cabrera (1695-1768), de los cuales se conocían algunas de sus obras a través de innumerables grabados que servían de modelos a los artistas locales. Las obras de Juan Pedro López demuestran un sentido del espacio y de las dimensiones, un conocimiento del concepto de construcción lineal, y un gusto por el color que prueban su buen dominio del oficio. Su lenguaje pictórico denota soltura del dibujo, correcta composición y armonía de valores. En sus obras podemos identificar la tendencia a llenar el lienzo con la totalidad de la figura. Algunas de sus pinturas poseen un marcado tenebrismo, y a través de ellas podemos observar la tendencia a la esquematización de determinados tipos humanos, ya que mantiene ciertas fórmulas que se repiten y que con toda certeza hallaron su origen en los libros y en los grabados que entonces existían para la consulta de los pintores. Sus creaciones iban más allá de lo pictórico al estar ricamente enmarcadas con profusión de tallas, volutas y dorados, lo cual muestra un sentido muy definido de la ornamentalidad. La obra de Juan Pedro López, al igual que sus contemporáneos, mantiene esa mezcla heterogénea de estilos que en ciertas obras llega al más absoluto barroquismo. Las numerosas obras que el investigador Carlos Duarte le atribuye, a través del análisis estilístico y documental, se encuentran en diferentes colecciones privadas y públicas, en especial en el Museo de Arte Colonial Quinta de Anauco y en la Catedral e Iglesia de San Francisco, ambos en Caracas.
Otros nombres se encuentran en los archivos y en algunas obras firmadas, y sin querer desmerecer su talento, simplemente enumeramos su presencia a modo divulgativo: Pedro Juan Álvarez Carneiro (Caracas, 1669-1761), Francisco Contreras (Caracas, act. entre 1767-1819), Fray Fernando de la Concepción (Caracas, act. entre 1656-1683), Francisco Hernández (Caracas, act. entre 1717-1719), Hispánico (Caracas, firma una obra en 1724), Francisco Lovera (Caracas, act. 1795), Luis Francisco Maldonado (Caracas, act. 1710-1751), Francisco Atilano Moreno y Carrasquel (Caracas, act. 1695-1763), José Antonio Peñaloza (Caracas, act. 1776-1803), Alonso de Ponte (Caracas, act. 1749-1780), Lorenzo Ponte (Caracas, act. 1736-1752), Porras (El Tocuyo, act. 1768), José Francisco Rodríguez (Caracas, act. 1747-1808), Manuel Zenón Romero (Caracas, activo en las primeras décadas del siglo XIX), J.P. Torres (Caracas, act. 1783) y J.M. Xédler (Caracas, 1774-1835). Mención especial merece el nombre de Fabiana González (activa en 1704), primera mujer reconocida históricamente que se desempeña en el oficio de pintor.
Fuente: Janeth Rodríguez, LA PINTURA COLONIAL EN VENEZUELA. Caracas, Historiadores Sociedad Civil, Colección Historia para todos núm. 25, 1997.
Pintor andino, posiblemente radicado en Mérida, del cual se conocen dos obras de temática religiosa firmadas, un lienzo que representa a San Lorenzo y otro a San Juan Nepomuceno. Gracias a estos datos se ha podido establecer su producción artística alrededor de 1788 hasta 1805. Su particular forma de dibujar los personajes que muestran gran dulzura y el uso de colores muy claros, marcaron la creación artística en la región andina, hasta el punto que se le han atribuido algunos seguidores o discípulos.
Francisco José De Lerma y Villegas:
De este artista se conocen pocos datos biográficos, sabemos que pertenecía a la clase de los pardos libres y que desarrolló su producción pictórica entre 1719 y 1753. Afortunadamente firmó una de sus obras, la que contribuyó a identificar varias pinturas anónimas asociándolas con su particular estilo. La obra de Lerma es el resultado de la inspiración que constituían los grabados y estampas, por ello pueden evidenciarse una gran cantidad de rasgos estilísticos de diferente procedencia. Muestra un gran conocimiento en el manejo de luces y sombras, un esmerado dibujo, y un gusto por el colorido que aplicaba con armonía. Entre sus obras se encuentran el Martirio de Santa Bárbara y una Sagrada Familia, creaciones de gran belleza y muy cuidadoso apego a los modelos europeos.
José de Zurita:
El trabajo pictórico de este artista se identifica desde 1695 hasta su fallecimiento en 1753. En numerosos documentos se menciona a este pardo libre como Maestro Pintor y Escultor. De Zurita sólo se conocen pocas obras como La Coronación de la Virgen y La Ascensión que se encuentran en la Catedral de Caracas. Su estilo se caracteriza por su calidad esfumada, la imprecisión de los rasgos que restan una definición clara. Las tonalidades son fuertes y el colorido es bastante pobre.
Escuela De Los Landaeta:
Bajo la denominación de Escuela de los Landaeta se ha agrupado una serie de obras firmadas por diversos artistas con el mismo apellido, que formaban parte de una extensa familia de pardos libres dedicada al trabajo artístico en la ciudad de Caracas. La familia Landaeta brindó numerosos artistas en diferentes labores, plateros, pintores, doradores y músicos. Entre ellos se conocen los nombres Juan José Landaeta (activo entre 1763-1810) y Antonio José Landaeta (activo entre 1748 y 1799). A todo lo largo de la trayectoria de los Landaeta se ha notado una unidad continua de coloración dominada por los ocres rosas que sirven de fondo en la generalidad de los temas. La manera de reproducir los destellos de las aureolas a base de diferentes líneas de luz de variadas intensidades y separadas entre sí por espacios casi transparentes. Las formas características de dibujar las coronas y que estás casi siempre aparecen adornadas con gruesas perlas. Otro rasgo que contribuye a identificar las obras de los Landaeta es la colocación de las doce estrellas que circundan las aureolas en especial en las imágenes de la Inmaculada Concepción. Otra obra que se le atribuye es la imagen de la Virgen del Rosario exhibida en la Casa Natal del Libertador.
Juan Pedro López:
Nació en Caracas el 23 de junio de 1724. Sus padres José Antonio López González y su madre María Gutiérrez Domínguez eran de origen canario. Es de creerse que Juan Pedro aprendió su oficio en algún taller de los que funcionaban en la Caracas de entonces, para luego independizarse formando su propio negocio y posiblemente enseñado a otros sus conocimientos. Juan Pedro López no fue sólo pintor, también se dedicó a la escultura, al dorado de retablos y muebles, a la restauración y avaluo de imágenes, por ello durante casi cuarenta años (1724-1787) su nombre figuró como Maestro de Pintor, Tallador, Escultor, Dorador y Tasador. Falleció el 14 de agosto de 1787. Su estilo pictórico estuvo enfocado dentro de ciertos rasgos de los artistas españoles Bartolomé Esteban Murillo (1617-1682), José Antolinez (1635-1675) y Mateo Cerezo, y a veces enmarcado dentro de una imaginería mexicana de la escuela de Miguel Cabrera (1695-1768), de los cuales se conocían algunas de sus obras a través de innumerables grabados que servían de modelos a los artistas locales. Las obras de Juan Pedro López demuestran un sentido del espacio y de las dimensiones, un conocimiento del concepto de construcción lineal, y un gusto por el color que prueban su buen dominio del oficio. Su lenguaje pictórico denota soltura del dibujo, correcta composición y armonía de valores. En sus obras podemos identificar la tendencia a llenar el lienzo con la totalidad de la figura. Algunas de sus pinturas poseen un marcado tenebrismo, y a través de ellas podemos observar la tendencia a la esquematización de determinados tipos humanos, ya que mantiene ciertas fórmulas que se repiten y que con toda certeza hallaron su origen en los libros y en los grabados que entonces existían para la consulta de los pintores. Sus creaciones iban más allá de lo pictórico al estar ricamente enmarcadas con profusión de tallas, volutas y dorados, lo cual muestra un sentido muy definido de la ornamentalidad. La obra de Juan Pedro López, al igual que sus contemporáneos, mantiene esa mezcla heterogénea de estilos que en ciertas obras llega al más absoluto barroquismo. Las numerosas obras que el investigador Carlos Duarte le atribuye, a través del análisis estilístico y documental, se encuentran en diferentes colecciones privadas y públicas, en especial en el Museo de Arte Colonial Quinta de Anauco y en la Catedral e Iglesia de San Francisco, ambos en Caracas.
Otros nombres se encuentran en los archivos y en algunas obras firmadas, y sin querer desmerecer su talento, simplemente enumeramos su presencia a modo divulgativo: Pedro Juan Álvarez Carneiro (Caracas, 1669-1761), Francisco Contreras (Caracas, act. entre 1767-1819), Fray Fernando de la Concepción (Caracas, act. entre 1656-1683), Francisco Hernández (Caracas, act. entre 1717-1719), Hispánico (Caracas, firma una obra en 1724), Francisco Lovera (Caracas, act. 1795), Luis Francisco Maldonado (Caracas, act. 1710-1751), Francisco Atilano Moreno y Carrasquel (Caracas, act. 1695-1763), José Antonio Peñaloza (Caracas, act. 1776-1803), Alonso de Ponte (Caracas, act. 1749-1780), Lorenzo Ponte (Caracas, act. 1736-1752), Porras (El Tocuyo, act. 1768), José Francisco Rodríguez (Caracas, act. 1747-1808), Manuel Zenón Romero (Caracas, activo en las primeras décadas del siglo XIX), J.P. Torres (Caracas, act. 1783) y J.M. Xédler (Caracas, 1774-1835). Mención especial merece el nombre de Fabiana González (activa en 1704), primera mujer reconocida históricamente que se desempeña en el oficio de pintor.
Fuente: Janeth Rodríguez, LA PINTURA COLONIAL EN VENEZUELA. Caracas, Historiadores Sociedad Civil, Colección Historia para todos núm. 25, 1997.
Comentarios
Te deseamos Muchisimos exitos y que se abran ante Ti todas las puertas necesarias para lograr todos tus sueños.
Abrazos de HJ y Pily
Ojo: no hago avaluos para fijar precios, ni realizo certificaciones de autenticidad.
Gracias
¿Tienes alguna obra con esa firma? ¿me la puedes enviar al correo que aparece en mi perfil? Puede que se trate de algún artista de otra región o de uno hasta ahora desconocido.
Saludos
Solicito a los expertos información a cerca del Pintor Colonial Venezolano Paco Rodríguez pintor de ilustres libertadores de Venezuela
Poseo un cuadro de Paco Rodríguez acuarela 1970 el Mariscal