La pintura colonial en Venezuela (3)

La pintura durante el siglo XVII


El siglo XVII marca en nuestro territorio los inicios de la actividad plástica al consolidarse el proceso de colonización. La pobreza aparente de la provincia en contraste con las riquezas que producían los virreinatos había retardado en demasía este proceso, además del escaso interés colonizador que mostró la gobernación de los banqueros alemanes Welser más preocupados por hallar riquezas fáciles, unido a los constantes ataques de piratas holandeses, franceses e ingleses que devastaban los pueblos costeros.

Desde la población de El Tocuyo fundada el 7 de diciembre de 1545, se organizaban las expediciones hacia el centro del país. Este poblado fue una de las primeras ciudades a finales del siglo XVII que comenzó sus actividades artísticas locales. Otros núcleos artísticos importantes se desarrollaron en Barquisimeto, Maracaibo, Mérida, Valencia, San Carlos y la Isla de Margarita. Es de considerar la llegada de artífices europeos que fundaron sus modestos talleres donde transmitían sus conocimientos a sus hijos y familiares cercanos. En nuestro país no se fomentó la educación artesanal del indígena como ocurrió en otras regiones del continente, donde los artistas indígenas dejaron obras mestizas de gran calidad y profundamente simbólicas.

Entre los artesanos que estuvieron activos durante el siglo XVII encontramos a Tomás de Cocar primer pintor del cual se tienen referencias precisas, llega a Coro en 1602 y realiza un cuadro de Santa Ana. Otros nombres aparecen como Mauricio Robes (activo en 1641), Francisco Saballos y Torres (activo en 1652), Fray Diego de los Ríos (activo entre 1658 y 1681), Víctor Francisco de la Cruz (El Tocuyo, activo en 1682), Rebolledo (El Tocuyo, activo en el siglo XVII), etc. Mención aparte merece un anónimo artista bautizado por el investigador Alfredo Boulton, con el título de El Pintor del Tocuyo. Su actividad pictórica se ha precisado a finales del siglo XVII y principios de la centuria siguiente. Bajo su nombre se han relacionado una serie de nueve pinturas de temática religiosa con un estilo común, de brillante colorido y armonioso dibujo.

Pese a la existencia de algunos artesanos, la importación de cuadros continuaría, pero esta vez el comercio entre las provincias venezolanas y la Nueva España permitió la llegada de cuadros e imágenes de esa localidad, que servirían como modelos inspiradores a nuestros artífices.

Fuente: Janeth Rodríguez, La pintura colonial en Venezuela. Caracas, Historiadores Sociedad Civil, Colección Historia para todos núm. 25, 1997.

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